Como ya todos saben, los Rayados del Monterrey son los nuevos campeones del futbol mexicano. De la mano de "El chupete" Suazo, Aldo de Nigris, y por qué no, del Tano (q.e.p.d.), lograron su tercera estrella: un logro bien merecido a base de buen futbol y mejores resultados.
Por otra parte, La Máquina se volvió a descarrilar una vez más. Fiel a su costumbre de llegar a una final y perderla, esta ocasión no fue la excepción. Sin embargo, podemos darnos cuenta de algo muy meritorio: Cruz Azul es el equipo que ha sido más constante en los últimos torneos, llegando a tres finales del torneo de liga mexicano y una más de Concachampions, (cabe aclarar que son tan, tan, tan, constantes en su futbol que han perdido esas cuatro finales disputadas).
El equipo celeste suma un año más a su sequía de campeonatos, tan sólo ilusionando a su afición con la tan ansiada y anhelada novena estrella. Yo pienso -y con todo respeto para todos aquellos que gozan de ver jugar a los del bulto de cemento-, que de una vez por todas deberían de cambiarse el nombre a Sub, sí, así nomás: Sub. Así cuando les digan Sub-campeón el trago no sería tan amargo.
Así con dolor en mi corazón, pero como buena persona que soy, felicito a toda la afición de los Rayados de Monterrey por esa merecida tercera estrella y mis condolencias a todos aquellos cementeros de corazón y a los de ocasión también (entre los cuales cuento con varias amistades), a los que no queda más que decirles -como en repetidas ocasiones-, suerte para la próxima.
texto Jesús Cáñez.