viernes, 13 de noviembre de 2009

Como bastantes personas


Que dijo su mamá que siempre sí y ¡Vámonooooooos, venta para los abonados! ¿De qué sirvió que me despertara temprano para irme a formar (como lo hicieron bastantes personas) para conseguir un boleto del Santos vs. América? Ahí nomás llegando me dijo el señorito de una tienda de artículos deportivos: “Puro de $350 pa’rriba, compa”. –¿Y los de $120? –pregunté. “N’ombre, esos ya se acabaron desde ayer” –me contestó.

Como lo hicieron bastantes personas, me retiré con un sabor en la boca de insatisfacción, pues, por una parte quería conocer por dentro el inmueble del que tanto se ha hablado últimamente, y por otra parte, quería ver de cerca el desplume de las aguilillas por parte del guerrero.

Y también como lo hicieron bastantes personas, me enfadé con la institución y hasta con los abonados (que no tienen la culpa, al contrario, privilegiados que son, y tienen su derecho: pagaron toda la temporada. A todos ellos ¡Enhorabuena!).
La verdad, desconozco el boletaje para los precios bajos, pero al menos han de ser unos 10,000 sino es que llega hasta los 15,000, lo cual me hace preguntar si en realidad había tantos abonados en la antigua “Casa del dolor ajeno”.

Con un rostro un tanto descompuesto y mi andar cabizbajo y desanimado, voy a ver el partido por la televisión; pero (como bastantes personas) me quedo con una sonrisa traviesa con mis 120 varitos, imaginándome un par de helados caguamones.
P.D. Hablando de bicicletas en almíbar, ¿Ya vieron la foto en el título del blog? Se llama Nopal con sol, cortesía de Trejo. Saludos.
Texto: Jesús Cáñez
Imagen: Jesús López de Lara Gamón.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Desempolvando el cactus


Hoy por la mañana me desperté como de costumbre escuchando voces en mi cabeza, convencido de que era mi clásico delirium tremens de inicio de semana no le puse mucha atención. Después de un rato –ya en mi cafecito-, las voces seguían y seguían: -¡Me abandonaste! –gritaban las muy ingratas, y luego se callaron. Me puse a hacer limpieza general en mis correos y ahí fue cuando me dediqué a pensar a qué o a quiénes había abandonado. Como machetazo cortando agave me cayó el veinte: ¡El blog!

Varios meses ha que no me acordaba de mi bitácora online, y que digamos, ocupado, ocupado, pues no estaba. Con unos Delicados me puse a pensar de qué escribir y nomás no supe: que si de los tránsitos que andan en moto, que si la inauguración del TSM, que si del nuevo disco de Sabina, que si de los de Megacable que, ah, cómo se tardaron en reconectarme el servicio (que porque debía casi dos años, ni aguantan nada), y muchas cosas más; así que decidí dejar para después un tema del cual hablar, y mientras, con esta breve redacción desempolvar el cactus.

Prometo que voy a seguir pinchándome con las espinas del nopal -si es que no se me olvida, claro-.
Imagen de Google images
texto de Jesús Cáñez.