viernes, 30 de julio de 2010

El ajetreo


Me quedé de ver con un amigo que hace tiempo no frecuentaba. La reunión se dio y transcurrió entre una que otra cerveza, música y poesía. Todo normal. Repentinamente llegaron las clásicas y obligatorias preguntas personales: ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Sigues con la misma que aquella vez..., porque sí es la misma, verdad? Paradójicamente, fue el momento de las respuestas las que llenaron mi mente de otro tipo de interrogantes, al contestarme: "Pues ya sabes, ando todo ajetreado".

Terminamos la reunión y quedamos de vernos pronto con el otra vez clásico y obligatorio "estamos en contacto"; pero en mi cabeza seguía flotando el "ando todo ajetreado", término recurrente y agradable eufemismo. El caso es que me di a la tarea de investigar bien el significado del verbo ajetrear en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española y este fue el resultado que arrojó:

Ajetrear.
(De ahetrar).

1. tr. Molestar, mover mucho, cansar con órdenes diversas o imponiendo trabajo excesivo.

2. prnl. Fatigarse corporalmente con algún trabajo u ocupación, o yendo y viniendo de una parte a otra.

Pues he ahí el significado y cerramos con un soneto para la circunstancia.


El ajetreo

Menciona, Doña Meche, la vecina,
que cuide por favor de mi persona,
que todo está fatal por esta zona
y acaban de asaltar al de la esquina;

que México perdió con Argentina,
que aplican nueva ley en Arizona,
que quiero enriquecer a la Corona,
que soy también poeta de cantina.

Yo pienso que no todo está tan feo
-será cuestión de ver el mismo lado-:
echémosle la culpa al ajetreo.

Mas ya no quiero hablar de lo anunciado,
me voy en un camello a mi deseo;
habrán de disculpar, ando ajetreado.

Texto: Jesús Cáñez.
Imagen: Jesús Cáñez.

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