viernes, 19 de noviembre de 2010

Anivdelarev


Cien años de "Tierra y Libertad"; del movimiento sociopolítico más importante del siglo XX en nuestro país conmemorando -para bien o para mal- las ideas y movimientos de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, Emiliano Zapata entre otros.

Centenario de un acontecimiento histórico que hace que podamos ver el México de hoy desde una concepción respetuosa y valerosa por los mismos antecedentes del que surge el movimiento revolucionario, el cual nos deja un legado de canciones que un siglo después perdura en el colectivo popular (tal vez gracias a las escuelas de gobierno que con sus bailables tradicionales siguen recordando con vestidos y carilleras el levantamiento en armas de esos tiempos).
Canciones y corridos como  el de Pancho Villa, La Jesusita, La Chinita, El Desterrado, La Voltereta, La Guacamaya, Soy soldado de Levita, Marieta, La Cucaracha, Las tres pelonas, etc. Pero sobretodo una que sobresale e inclusive tuvo sus versos en el billete de cien pesos conmemorativo de los cien años de la Revolución Mexicana, La Adelita de Antonio del Río Armenta.

Muchas historias suponen que "Adelita" fue Adela Velarde Pérez, quien fue reconocida con un homenaje como veterana de guerra, una enfermera que atendió al soldado Antonio del Río Armenta después de salir herido y le compuso el corrido ya mencionado.

Dejo La Adelita de Antonio del Río Armenta para que recuerden sus noviembres...

La Adelita

Adelita se llama la joven
a quien yo quiero y no puedo olvidar,
en el mundo yo tengo una rosa
y con el tiempo la voy a cortar.

Si Adelita quisiera ser mi esposa,
si Adelita fuera mi mujer,
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.

Si Adelita se fuera con otro,
la seguiría por tierra y por mar.
Si por mar, en un buque de guerra,
si por tierra, en un tren militar.

Y si acaso yo muero en campaña
y mi cuerpo en la sierra en la va a quedar,
Adelita, por Dios te lo ruego,
que con tus ojos me vayas a llorar.

Soy soldado y la Patria me llama
a los campos que vaya a pelear,
Adelita, Adelita de mi alma,
no me vayas, por Dios, a olvidar.
Texto: Jesús Cáñez.
Imagen: Google Images - Probablemente de Jerónimo Hernández.

viernes, 12 de noviembre de 2010

La Décima Musa


La mayoría de las personas que me conocen, sino es que todas, conocen de mi gran afición por las letras de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida por los cuates como Sor Juana Inés de la Cruz, o simplemente Sor Juana. Su obra, en el Siglo de Oro español cae en el barroco tardío, pero tal vez, es la que sobresale más dentro del mismo género, consagrándose como la mejor letrista en la literatura novohispana, ganándose los títulos de la Décima Musa o el Fénix de América.

La obra tanto poética como de dramaturgia en Sor Juana, carga con los influjos de grandes escritores de años anteriores a ella, tomándolos como modelos y sacanado de ellos, irónicamente, un estilo que aún podría cambiar más de lo imaginado.

Se deja ver influenciada fuertemente por Góngora y su culteranismo, que era el modelo preferido de la época, no ocultando su gusto por el Cisne Cordobés, especialmente en los romances y uno que otro soneto, en donde inclusive hace alusión a un verso final del mismo (aquel que empieza Este que vez, engaño colorido). Pero de igual manera consigue en sus versos una forma innovadora de la época que viaja más allá del Culteranismo de Góngora, el Conceptismo de Quevedo y la Filosofía de Lope de Vega.
Hace gala de su buen humor en varios sonetos y ovillejos y juega a modo personal con el arte menor y mayor en varias estructuras, desde el villancico a la silva como de la endecha a las redondillas, pasando por las liras, romances y sonetos, dejando probablemente el El primero sueño, su mejor poema, en capacidad lírica, belleza y género barroco.

En su obra teatral destaca de igual manera salvo que ahora bajo la influencia de Calderón de la Barca y su conceptismo, para muestra el título de la comedia de Sor Juana, Los empeños de una casa, que juega y modifica la obra de Calderón, Los empeños de un acaso. Mismo modelo Calderoniano el que se ve en Amor es más laberinto y nuevamente en el rescate de un género casi olvidado en el encargo de la corte de Madrid, los Autos Sacramentales con El Divino Narciso, El Cetro de José y El Mártir del sacramento.

Hoy conmemoramos un aniversario más de la gran humanista, literata y orgullo nacional que hasta en el papel moneda en color verde nos saca de apuros, el Fénix de América, Sor Juana Inés de la Cruz.

Les dejo un soneto de la autoría de la Décima musa en donde maneja con versos magistrales el culteranismo gongorino:

"DE DOÑA JUANA INÉS DE ASBAJE, GLORIOSO HONOR DEL MEJICANO MUSEO", AL PBRO. BR. D. DIEGO DE RIBERA, CANTOR DE LA DEDICACIÓN DE LA CATEDRAL.


Suspende, cantor Cisne, el dulce acento:
mira, por ti, al Señor que Delfos mira,
en zampoña trocar la dulce lira
y hacer a Admeto pastoril concento.

Cuanto canto süave, si violento,
piedras movió, rindió la infernal ira,
corrido de escucharte, se retira;
y al mismo Templo agravia tu instrumento.

Que aunque no llega a sus columnas cuanto
edificó la antigua arquitectura,
cuando tu clara voz sus piedras toca,

nada se vio mayor sino tu canto;
y así como lo excede tu dulzura,
mientras más lo agrandece, más lo apoca.

Texto: Jesús Cáñez.
Imagen: Google Images.

martes, 2 de noviembre de 2010

Gigantes campeones


En la víspera de la conmemoración de todos los fieles difuntos los Gigantes de San Francisco enterraron en Arlington, Texas a los Rangers con un home run de Édgar Rentería productor de tres carreras en el séptimo rollo del quinto juego.
Más de 50 años y un cambio de ciudad le costó a los de la bahía volver a llevarse un Clásico de Otoño, cosa que no lograron ni Barry Bonds, ni Felipe Alou con los colores de San Francisco. Sólo que esta vez con un gran juego en conjunto y grandes brazos en la loma se adjudicaron
jugando bien a la pelota caliente la serie mundial de 2010. Hombres como el ya mencionado Jugador Más Valioso Édgar Rentería, Cody Ross, Juan Uribe, Aubrey Huff, etc. Y en el diamante cuatro abridores que hicieron y deshicieron a sus contrarios con la de 108 costuras: Tim Lincecum, Madison Bumgarner, Jonathan Sánchez y Matt Cain, además del cerrador estrella Brian Wilson, quien le recetó un chocolate a Nelson Cruz para terminar definitivamente con los texanos, han hecho de este equipo el sueño de los californianos y demás amantes del Rey de los deportes.




Los Gigantes vencieron en su camino al campeonato de la Serie Mundial 2010 a los Bravos de Atlanta, Phillies de Philadelphia y por último a los Rangers de Texas, quienes por su parte derrotaron a los Rays de Tampa Bay, Yankees de Nueva York y al final se quedaron con el amargo sabor de la derrota en casa en lo que fue su primera Serie Mundial.

Lástima por los texanos y los de las casas de apuestas que siguen arrancándose los pocos cabellos que les quedan y enhorabuena para San Francisco que bajo la tutela de Bruce Bochy, simple y sencillamente hicieron lo que tenían que hacer.

Texto: Jesús Cáñez.
Imágenes: www.elsiglodetorreon.com.mx